Entre algunos pequeños pasajes insólitos para aquellos, sin duda lo es este peculiar animalito que simboliza la tan preciada paz. Aquellos días en Birán las veía, jugaba con ellas sin saber que lo seguirían por siempre. Este gigante del que les hablo surgió en épocas de seres llenos de humanidad...
Pero ellas, las palomas, ya lo habían elegido… por eso el día 8 de enero de 1959 volvieron a sus hombros de olivo para callar toda duda sobre el gigante y su misión. Parece que les escribo de una obra mitológica…pero obra es la que nos dejó; su mito fue saber ver y estar donde hacía falta.
Nuestro gigante prefirió oírlas cantar…
Para cuando se pensara que ya extintos estaban, estas criaturas divinas volvieron a él y le susurraron dónde estaban los nuevos gigantes de América… Y aquellos ojos que las vieron unas vez, les regalaron su sonrisa sincera y con unos pioneros de guerra las vieron partir.
Ellas sabían más… Estos símbolos de luz y paz tienen la claridad de todo un pueblo…
Vuelan … y regresan… porque ya estaba decidido que permanecerían con él.
El mismo día que Fidel dijo que solo ocurriría una manifestación como esa cuando el pueblo los despidiera, llegó la primera paloma…..y luego de la despedida, 57 años después, en Santa Ifigenia la paloma lo sigue acompañando, como para lucir leyenda algo que ya sabemos nos superó a los simples mortales…..: Fidel es un símbolo, es un país, es una idea, un pensamiento… y con su energía sigue convocando eneros….
